¿Cómo tener el Gozo del Espíritu Santo? (Con Ministración) // Miguel Díez
1. El vino celestial que llena y rebosa
El gozo del Espíritu es como vino nuevo, celestial, que llena hasta que rebosa. No es un gozo emocional ni carnal, es una embriaguez santa. ¿Te atreves a beberlo? Entonces dile al Señor: “¡Lléname, lléname de tu Espíritu hasta que no quepa nada más en mí!”.
Cuando estás llena, el enemigo no puede tocarte. Puede intentar golpearte, pero como una vasija de barro llena de aceite, se rompe él, no tú. ¡Eso es estar protegida por la unción!
2. Vence la vergüenza: sube al árbol como Zaqueo
Zaqueo fue un hombre bajito, despreciado, jefe de los publicanos. Pero tenía hambre de ver a Jesús. Se subió a un árbol sin importarle el qué dirán. Hermana, ¿a qué estás dispuesta tú para tener una santa borrachera con Jesús?
El Señor no mira tu altura, ni tu pasado. Mira tu anhelo. Y si te ve buscándolo con todo tu corazón, se acercará a ti y te dirá:
“Date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa” (Lucas 19:5).
No te vayas del retiro, ni de tu rutina diaria, sin que Jesús pose en tu hogar, en tu corazón, en tu matrimonio. ¡Es necesario!
3. El gozo no es una emoción, es un fruto del Espíritu
No es una experiencia momentánea, ni un retiro bonito. El gozo verdadero es una fuente continua, como dijo Jesús:
“De su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:38).
¿Lo has experimentado? Entonces entiendes lo que es que te pregunten: “¿Pero esta mujer, qué toma? ¿Qué la tiene así, siempre gozosa?”. Y tú puedes responder:
“Tomo vino nuevo. Vino celestial. El gozo del Espíritu Santo”.
4. Es un mandato: estad siempre gozosos
No es una sugerencia. La Biblia dice:
“Estad siempre gozosos” (1 Tesalonicenses 5:16).
¿Siempre? ¡Sí! Aunque te echen del trabajo, aunque tengas problemas. ¡El Señor no se ha ido!
Y si Él está, hay gozo. ¿Cómo lograrlo? ¡Pídeselo! Dios no pide lo imposible sin darte el poder para hacerlo. Él se entusiasma en hacer lo imposible por sus hijos.
5. Cuidado con los pozos cegados
El enemigo intentará cegar tu pozo. Así como los filisteos lo hicieron con los pozos de Isaac, el diablo quiere tapar la fuente de tu gozo. Lo hace con novelas, con melancolía, con amargura, con comparaciones. No lo permitas. Ora como David:
“Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido” (Salmo 51:8).
El gozo es tu defensa. Cuando pierdes el gozo, pierdes defensa espiritual. Pero si te mantienes gozosa, estás fortalecida.
6. ¿Quieres vivir el paraíso en la tierra?
Sí, es posible. Cristo vino a restaurar lo perdido. Puedes caminar con Él como en el Edén. El gozo del Espíritu es una primicia del cielo. En Su presencia hay plenitud de gozo (Salmo 16:11). No te conformes con un chorrito… ¡Bebe a tragos del vino celestial!
7. El gozo del Señor es medicina
Dice Proverbios 17:22:
“El corazón alegre constituye buen remedio; más el espíritu triste seca los huesos”.
Muchas enfermedades tienen raíz en la amargura. Pero cuando el Señor te llena de gozo, también empieza a sanar tus huesos, tus emociones, tu cuerpo. ¿Lo crees?
8. Pide para que tu gozo sea cumplido
Jesús dijo:
“Pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido” (Juan 16:24).
¿Has pedido en Su nombre? ¡Pide! Pide gozo, pide sanidad, pide liberación, pide llenura. Él quiere responderte. Levanta tus manos, abre tu corazón, y dile:
“Señor, que tu gozo rebose en mí. Sáname, libérame, lléname. Quiero ser tu lámpara, brillar para ti, ser testimonio vivo de tu amor y poder.”
Conclusión
El gozo del Espíritu Santo no es un lujo espiritual, es una necesidad urgente para vivir en victoria. Hoy puedes experimentarlo. No te vayas igual. Pídele al Señor que entre en tu casa, que pose en tu corazón y que haga de ti un vaso rebosante de gozo.
Sonríe, que Jesús te ama.
Miguel Díez es director de la ONG Remar y fundador de la iglesia Cuerpo de Cristo con obra e iglesias en 72 países.