¿Deben los cristianos orar por la paz en Israel?
Dios insta a su pueblo a orar por su paz y prosperidad. Este estudio explorará versículos clave que nos guían en este mandato.
Salmo 122: 6-9
“Pedid por la paz de Jerusalén: Sean prosperados los que te aman. Sea la paz dentro de tus muros, Y el descanso dentro de tus palacios. Por amor de mis hermanos y mis compañeros Diré yo: La paz sea contigo. Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios Buscaré tu bien.”
Este salmo destaca la importancia de orar por la paz y el bienestar de Jerusalén. Se promete prosperidad a aquellos que aman y buscan la paz de la ciudad.
Isaías 62: 6-7
“Sobre tus muros, Jerusalén, he puesto guardias; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la tierra.”
Estos versículos subrayan la necesidad de persistencia en la oración por Jerusalén, hasta que Dios haga de ella una alabanza en la tierra.
Jeremías 29: 7
Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz.”
Aunque se refiere a Babilonia, el principio se aplica a Jerusalén. Orar por la paz de la ciudad resulta en bendiciones para quienes oran.
Zacarías 8: 3-4
“Así dice Jehová: Yo he vuelto a Sión, y habitaré en medio de Jerusalén; y Jerusalén será llamada Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad. Así dice Jehová de los ejércitos: Aún han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con su bordón en su mano por la multitud de los días.”
Zacarías profetiza un futuro de paz y verdad para Jerusalén. Orar por esta ciudad es alinearse con la voluntad divina de restauración y santidad.
Isaías 66: 10
“Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenáos con ella de gozo, todos los que por ella hacéis duelo.”
Este versículo nos llama a alegrarnos con Jerusalén y a unirnos en oración y gozo por su bienestar.
Orar por la paz en Jerusalén es una responsabilidad bíblica que trae bendiciones tanto para la ciudad como para quienes oran. Estos versículos nos guían en entender la importancia de este mandato y nos animan a ser constantes y fervientes en nuestras oraciones.