Estudio Bíblico – Efesios 3: 1 al 13 // Gracia para los gentiles
El pasaje de Efesios 3:1-13 nos ofrece una profunda revelación acerca del misterio de Cristo y el papel que desempeñó el apóstol Pablo en su proclamación. En este texto, Pablo, siendo prisionero por causa de Cristo, se dirige a los gentiles y enfatiza la administración de la gracia de Dios que le fue otorgada para con ellos. El misterio, oculto por generaciones, ahora es revelado por medio del Espíritu a los apóstoles y profetas, y su contenido es transformador: los gentiles, que antes estaban apartados, ahora son coherederos y miembros del mismo cuerpo de Cristo.
Este misterio no fue revelado en épocas anteriores de forma plena. Aunque el Antiguo Testamento contenía indicios de la inclusión de los gentiles en el plan de salvación de Dios, no fue hasta la venida de Cristo que se desveló completamente esta verdad. En Cristo, judíos y gentiles son unidos, formando un solo cuerpo, lo cual es clave para entender la amplitud de la obra redentora de Jesús.
La Comisión de Pablo
Pablo, con una misión clara y específica, fue llamado a proclamar este mensaje a los gentiles. Aunque nacido en el contexto del judaísmo, con un trasfondo fariseo, su conversión y llamado lo llevaron a convertirse en el apóstol de los gentiles. En su ministerio, Pablo destaca la igualdad de acceso a las promesas de Dios, no solo para los judíos, sino también para aquellos que, bajo la ley mosaica, estaban alejados.
A pesar de estar encarcelado en el momento de escribir esta carta, Pablo no deja de cumplir su misión. Continúa proclamando que la gracia de Dios es para todos y que, mediante el evangelio, los gentiles también participan de las promesas eternas en Cristo. Esto subraya que el evangelio no tiene barreras ni limitaciones, y la obra de Cristo trasciende cualquier diferencia étnica o religiosa.
La Salvación para Todos
El mensaje de salvación que predica Pablo no se limita a un solo pueblo. La gracia de Dios se extiende a todos los seres humanos, tanto judíos como gentiles. Este concepto rompe con las barreras que tradicionalmente dividían a los pueblos en el contexto bíblico. Aunque Dios escogió al pueblo de Israel para manifestarse y dar a conocer sus leyes y mandamientos, su plan siempre contempló la inclusión de todas las naciones en su redención.
A lo largo de la historia, Dios estableció pactos y promesas con los descendientes de Abraham, pero con la venida de Cristo, esas promesas se ampliaron. La salvación, por medio de la fe en Jesucristo, ahora está disponible para todos aquellos que crean, sin distinción de raza o nación.
El Misterio de la Inclusión de los Gentiles
Durante siglos, la revelación de Dios estuvo limitada al pueblo de Israel, pero con la venida de Cristo, ese misterio fue desvelado. Ahora, la salvación no está restringida a un grupo étnico, sino que está abierta a todos los que, por medio de la fe, reciben el evangelio. La inclusión de los gentiles en el plan de Dios es una de las mayores sorpresas del Nuevo Testamento, y Pablo es el principal portador de esta revelación.
Este mensaje de unidad entre judíos y gentiles desafió las normas sociales y religiosas de la época. La idea de que ambos grupos pudieran formar parte de un mismo cuerpo y compartir las promesas de Dios fue revolucionaria, no solo para los judíos, sino también para los gentiles. La visión de Pablo era la creación de una nueva humanidad en Cristo, en la cual las diferencias se disolvían bajo el señorío de Jesús.
La Sabiduría de Dios Revelada
Otro aspecto fascinante de este pasaje es la referencia a las «riquezas inescrutables» de Cristo y la sabiduría de Dios. Esta sabiduría, que antes estaba oculta, ahora ha sido revelada a través de la iglesia. En este sentido, la iglesia tiene la responsabilidad de manifestar la sabiduría de Dios no solo a los seres humanos, sino también a los «principados y potestades» en los lugares celestiales, incluyendo las fuerzas del mal.
La sabiduría de Dios, representada por su plan de salvación, es mucho más profunda de lo que el mundo puede comprender. A través de la predicación del evangelio, se revela la magnitud del amor y la gracia de Dios, superando cualquier sabiduría humana. Este mensaje de reconciliación y unidad en Cristo muestra que la sabiduría divina es superior a cualquier sistema de pensamiento o filosofía humana.
La Responsabilidad de la Iglesia
Pablo también subraya la responsabilidad de la iglesia en la proclamación de esta sabiduría. Aunque pocos líderes de la iglesia se levantan hoy para confrontar a las autoridades del mundo con la sabiduría de Dios, es crucial que la iglesia viva conforme a los principios del evangelio. No se trata solo de palabras, sino de acciones concretas que demuestren la verdad del mensaje cristiano.
Hoy, al igual que en los tiempos de Pablo, la iglesia está llamada a ser una luz en medio de un mundo caótico y desordenado. A través de la predicación del evangelio y un testimonio fiel, la iglesia debe reflejar la multiforme sabiduría de Dios a un mundo que desesperadamente necesita esperanza y dirección.
Conclusión
El misterio revelado en Efesios 3:1-13 nos recuerda la amplitud del plan de Dios para la humanidad. Lo que una vez estuvo oculto ha sido revelado: en Cristo, tanto judíos como gentiles son coherederos de las promesas de Dios. La iglesia, formada por personas de diferentes orígenes y culturas, es el testimonio vivo de la sabiduría divina, llamada a proclamar el evangelio y manifestar la gracia de Dios a todas las naciones. Este mensaje de unidad y redención sigue siendo tan relevante hoy como lo fue en los tiempos de Pablo.