La mente carnal – Charles Spurgeon
La Mente Puesta en la Carne: Una Llamada a la Reflexión
Versículo clave: «La mente puesta en la carne es enemiga de Dios.» — Romanos 8:7
Meditación:
Cada día somos llamados a mirar dentro de nuestro corazón y reconocer la verdad que muchas veces ignoramos: nuestra inclinación natural es alejarnos de Dios. No se trata de un error superficial o de simples fallas de carácter, sino de una enemistad profunda, nacida de la caída y arraigada en nuestra carne.
Spurgeon nos recuerda que el hombre fue creado para caminar con Dios, para conocerlo y disfrutar de su presencia. Pero al caer, nuestra mente se volvió contra Él. No solo ignoramos sus caminos, sino que los resistimos activamente.
Esa resistencia no es siempre ruidosa. A veces se viste de indiferencia, de orgullo espiritual, de religiosidad vacía. Pero en el fondo, es un rechazo al carácter santo de Dios. Queremos un dios a nuestra imagen, uno más suave con el pecado, menos celoso de nuestra obediencia.
Examen del corazón:
Hoy, pregúntate con sinceridad:
¿He deseado que Dios fuera diferente, más permisivo, menos santo?
¿He buscado excusar mi pecado en lugar de arrepentirme?
¿Hay en mí una mente carnal que aún resiste su señorío?
Buena noticia:
La enemistad con Dios no es irreversible.
Cristo vino a reconciliarnos con el Padre, a transformar nuestra naturaleza.
Él no espera que limpiemos nuestra carne por nosotros mismos, sino que miremos a la cruz, donde el enemigo puede convertirse en amigo.
Oración:
Señor, reconozco que muchas veces he vivido según la carne.
He amado lo que tú odias y he resistido tu voluntad.
Perdóname por la enemistad de mi corazón.
Gracias por enviar a Jesús, el único que puede reconciliarme contigo.
Transforma mi mente por tu Espíritu y hazme andar en tus caminos.
Amén.
Para meditar durante el día:
“Porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis.” — Romanos 8:13