La Palabra Para Hoy -Romanos 12:1

Devocional: «El Verdadero Culto a Dios»

Texto base:
«Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.»
— Romanos 12:1 (RVR1960)

Reflexión

A lo largo de la historia de la Iglesia, se han producido momentos de gran transformación, no siempre para bien. Uno de esos momentos ocurrió cuando el emperador Constantino, en el siglo III, adoptó el cristianismo como religión oficial. Esto llevó a que una multitud de paganos entrara a la Iglesia, no por un genuino nuevo nacimiento, sino por presión social y política.

¿Qué sucedió entonces? El cristianismo sencillo y espiritual de los primeros creyentes —que presentaban sus propias vidas como ofrenda viva a Dios— se vio contaminado con rituales, ceremonias externas y espectáculos vacíos. Lo que era un culto sencillo, sincero y racional, se convirtió en algo externo, material y superficial. El corazón del culto cristiano —la entrega total del creyente— fue reemplazado por rituales visibles y grandiosos.

En el primer siglo, los cristianos eran considerados «ateos» por los romanos, porque no tenían templos fastuosos ni imágenes visibles. Su culto no se basaba en lo externo, sino en lo interno: su propio cuerpo y vida, rendidos totalmente a Dios.

Hoy, Pablo nos recuerda en Romanos 12:1 que nuestro verdadero culto no depende de formas exteriores, sino de presentar todo nuestro ser —mente, cuerpo y espíritu— como un sacrificio vivo a Dios. El llamado sigue siendo el mismo: adorarle en espíritu y en verdad (Juan 4:24), con un corazón limpio y una conciencia pura, lejos de parafernalias mundanas que apelan a la carne pero no edifican el alma.

Aplicación

• Reflexiona: ¿En qué áreas de tu vida te has dejado llevar por la apariencia externa en lugar de una verdadera entrega interna?
• Comprométete: No necesitas grandes templos ni ceremonias complejas para adorar a Dios. Él busca un corazón quebrantado y sincero.
• Decide hoy: Presenta tu vida como sacrificio vivo. Que cada pensamiento, palabra y acción sea una ofrenda agradable a Dios.

Oración

«Señor, quiero ofrecerte hoy mi vida entera como un sacrificio vivo. Líbrame de buscar impresionar a los hombres y enséñame a vivir para agradarte a Ti. Ayúdame a adorar en espíritu y en verdad, con un corazón limpio y una fe sincera. En el nombre de Jesús, amén.»