La Palabra para Hoy – Romanos 6:12
Devocional: No reine, pues, el pecado
Texto Bíblico:
“No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus apetitos.”
Romanos 6:12
Reflexión:
En la historia de la humanidad, las interpretaciones extremas de la Biblia han causado confusión y desviaciones espirituales. Grandes hombres de Dios, y otros no tan grandes, han estudiado las Escrituras y nos han dejado sus enseñanzas. Sin embargo, es importante recordar que todos eran humanos, imperfectos y limitados en su comprensión. Sus interpretaciones, por más fundamentadas que parezcan, no son necesariamente la palabra de Dios, sino reflejo de sus propias perspectivas.
Con esta premisa, es vital que cada creyente anhele la guía del Espíritu Santo al estudiar la Biblia, reconociendo que la verdadera salvación no se encuentra en dogmas humanos, sino en una relación personal con Cristo.
La salvación comienza con la fe, pero esta fe auténtica no puede quedarse estática; debe dar fruto. El fruto más evidente de una fe genuina es la santidad. Como Pablo escribió a los corintios, somos llamados a ser santos. Esto significa que, aunque hemos sido santificados en Cristo, apartados para Dios, debemos vivir esta santificación en nuestra vida diaria. La santidad no es opcional, es la evidencia de una vida transformada.
La cruz de Cristo nos muestra dos verdades esenciales: es sustitución y modelo. Jesús murió en nuestro lugar, pero también nos dejó un ejemplo a seguir. Cuando Él dijo: “Toma tu cruz y sígueme”, nos invitó a vivir en rendición total a Dios. Pablo lo reafirma al decir: “Estoy crucificado juntamente con Cristo, y ya no vivo yo”. Esto significa que el poder del pecado ya no tiene dominio sobre nosotros.
La victoria sobre el pecado se encuentra en reconocer el lugar de Cristo como Rey en nuestras vidas. Cuando Romanos 6:12 nos dice: “No reine el pecado en vuestro cuerpo mortal”, nos llama a una vida de negación a los deseos de la carne y de obediencia al Espíritu. La cruz es el lugar donde Jesús ganó la victoria, y es el lugar donde también nosotros encontramos el poder para vivir en santidad.
Oración:
Señor, hoy me rindo a Ti y decido no permitir que el pecado gobierne mi vida. Ayúdame a vivir en santidad, a tomar mi cruz diariamente y a seguirte con fidelidad. Gracias por la victoria que obtuviste en la cruz, que ahora también me pertenece en Ti. En el nombre de Jesús. Amén.
Para meditar:
¿En qué áreas de tu vida necesitas entregar el control a Dios para que el pecado no reine más? Confía en la obra completa de Cristo y permite que Él sea el Rey en cada aspecto de tu ser.
Que Dios te bendiga.