La Protección Constante de Dios // Miguel Díez

La Protección Constante de Dios // Miguel Díez

Cristo, la Espada de Fuego que Nos Guarda

Dios es nuestro guardián perfecto. No nos protege por nuestros méritos, sino por Su amor y fidelidad. En Génesis 3:23-24, después de que Adán y Eva pecaron y fueron expulsados del Edén, la Palabra de Dios dice:

“Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados para guardar el camino del Árbol de la Vida.” (Génesis 3:24)

Esta espada de fuego no solo guardaba el acceso físico al paraíso, sino que también representa a Cristo mismo. Él es el Camino, la Verdad y la Vida, y nos guarda con Su Palabra viva y poderosa. Como en Pentecostés, cuando el Espíritu Santo se manifestó como lenguas de fuego sobre los creyentes, así también somos nosotros antorchas encendidas en Sus manos.

La Roca Sobre la que Somos Edificados

Cuando Jesús preguntó a Sus discípulos en Mateo 16:15-18 “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”, Pedro respondió:

“Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” (Mateo 16:16)

Jesús afirmó que sobre esta verdad edificaría Su Iglesia y que “las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Nuestra confianza no debe estar en nosotros mismos, sino en Cristo, quien nos guarda y nos protege del mal. La seguridad de la Iglesia no depende de nuestra capacidad, sino de la fidelidad del Señor. Aunque caigamos, Él nos levanta, porque como dice la Escritura:

“Siete veces caerá el justo y siete veces lo levantará el Señor.” (Proverbios 24:16)

Dios Nos Guarda en Todo Momento

La Escritura nos recuerda que la protección de Dios no depende de nuestros esfuerzos, sino de Su fidelidad. Como dice el Salmo 127:1:

“Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.”

Dios es quien vela por nosotros. No importa cuán grande sea nuestro esfuerzo, nuestra seguridad está en Él. Como dice en 2 Timoteo 2:13: “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; él no puede negarse a sí mismo.”

Esta verdad nos libera de la ansiedad de tratar de controlarlo todo. Si bien debemos ser diligentes, nuestra confianza final está en que Dios nos guarda.

El Descanso en la Paz de Dios

Muchas veces vivimos con tensión y ansiedad, tratando de hacer más de lo que Dios nos pide. Pero debemos aprender a descansar en Él. Como dice Isaías 26:3:

“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado.”

Cuando confiamos en Dios, podemos descansar y experimentar Su paz. El verdadero descanso no está en la ausencia de problemas, sino en la certeza de que Dios nos guarda. En palabras de Jesús:

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28)

Bienaventurados Porque Somos de Cristo

El Salmo 41:1-2 dice:

“Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová. Jehová lo guardará y le dará vida; será bienaventurado en la tierra, y no lo entregará a la voluntad de sus enemigos.”

Dios cuida de aquellos que viven conforme a Su corazón. Nuestra vida no es bendecida por lo que hacemos, sino porque Él ha decidido bendecirnos. Nos transforma para que podamos pensar en los necesitados, tener corazón de compasión y reflejar Su amor en el mundo.

Llamados a Ser Luz para las Naciones

Isaías 42:6-7 dice:

“Yo, Jehová, te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.”

Dios nos ha llamado a ser luz en medio de un mundo de tinieblas. Como siervos de Cristo, somos instrumentos en Sus manos para traer libertad a los cautivos. La obra de Dios es restaurar vidas y convertir lo que estaba destruido en algo nuevo.

Conclusión: Dios Nos Guarda y Nos Afirma

2 Tesalonicenses 3:3 dice:

“Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.”

Nuestra seguridad está en Dios. No importa las tormentas que enfrentemos, como buenos marineros en el barco de la fe, podemos confiar en que Él nos guía y nos protege. Como dice Isaías 49:8-9:

Miguel Díez es director de la ONG Remar y fundador de la iglesia Cuerpo de Cristo con obra e iglesias en 72 países.

Miguel Díez

Presidente de la ONG Remar Internacional y la iglesia Cuerpo de Cristo.

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