Lección: La Constancia // Ramon Ubillos – Discipulado

Serie: El Carácter Clase: La constancia.

Un carácter de un hijo de Dios es ser constante en sus caminos.

Predicaciones Cristianas del Pastor Ramón Ubillos, Secretario General de la ONG Remar y Pastor Principal de la iglesia Cuerpo de Cristo en 70 países.

Características de un siervo de Dios

• La constancia es una característica importante para un siervo de Dios.

• Un siervo de Dios debe ser firme y constante en sus creencias y acciones.

• La inconstancia hace que nadie pueda confiar en ti.

• Debemos ser constantes en nuestro llamado y servicio al Señor.

• La constancia nos hace permanecer firmes y fuertes en nuestra vida cristiana.

• El que se extravía es porque no está siendo fiel y constante en lo que ha recibido de Dios.

• Debemos ser constantes en nuestra relación con Dios y no desviarnos de su propósito para nuestras vidas.

• Dios nos llama para siempre y no solo por un tiempo determinado.

• La constancia es importante porque nos ayuda a mantener la dirección de Dios para nuestras vidas.

• El que persevera tiene al Padre y al Hijo, mientras que el que fluctúa tiene un problema.

• La perseverancia es clave para alcanzar la bienaventuranza.

• Dios no cambia de opinión en su llamado, dirección y visión para nuestras vidas.

• Debemos ser hacedores de la obra de Dios y no solo oidores.

• No debemos ser fluctuantes, sino constantes en nuestra fe y obediencia a Dios.

• El justo vive por la fe, no por las emociones o las circunstancias.

• Debemos estar siempre dispuestos a servir a Dios, sin importar las circunstancias.

El doble ánimo

• El doble ánimo es el interés de Dios y el interés propio, y causa inconstancia.

• Hay que matar el doble ánimo para ser constante.

• Dios busca personas con entrega voluntaria y vida cautiva a su voluntad.

• El que está en medio, con doble ánimo, es el peor ejemplo y genera tibieza.

• Dios no quiere personas tibias, sino frías o calientes.

La palabra de Dios

• La palabra de Dios es la misma ayer, hoy y siempre, y no cambia.

• El canon de la Biblia está cerrado y no hay nuevas palabras que surjan de repente.

• Los cristianos deben permanecer firmes y constantes en la palabra de Dios, creciendo en el Señor siempre.