Oración de Guerra: Clamor y Derriba Muros // Miguel Díez
Predicación de Miguel Díez en Buenos Aires / Argentina Octubre 2024 en el congreso de la iglesia Cuerpo de Cristo con el lema: Vírgenes Sensatas.
La oración y el clamor son dos elementos esenciales en la vida de un hijo de Dios que permiten una intervención divina en nuestras vidas y en el mundo. Desde los tiempos bíblicos, Dios ha mostrado que cuando Su pueblo clama con fe y persevera en oración, Su poder actúa para liberar, restaurar y hacer justicia.
Miguel Díez enfatiza la importancia de una oración constante y persistente para ver cambios profundos en situaciones personales y en toda una nación. A continuación, exploraremos los aspectos clave de su enseñanza sobre la oración de guerra y el clamor y cómo estas prácticas pueden transformar nuestra relación con Dios y el mundo a nuestro alrededor.
1. Oración como Medio de Intervención de Dios
Orar es invocar el poder de Dios para lograr en un instante lo que los esfuerzos humanos no pueden alcanzar en años. En este sentido, la oración se convierte en una herramienta de guerra espiritual que no sólo trae respuesta a nuestras peticiones, sino que también fortalece nuestra fe al ver la disposición y el poder de Dios en acción. Al orar, permitimos que el Espíritu Santo intervenga en cada situación, transformándola conforme a la voluntad de Dios.
“La oración es el medio por el cual el poder de Dios interviene en nuestras vidas, logrando lo que no podríamos por nuestra cuenta.”
2. La Perseverancia en la Oración: La Parábola de la Viuda y el Juez
La persistencia en la oración es un tema recurrente en las enseñanzas de Jesús, como se ve en la parábola de la viuda y el juez injusto (Lucas 18:1-8). En esta historia, una viuda clama sin cesar hasta que el juez le hace justicia, aunque inicialmente no tiene la intención de ayudarla. Jesús usa esta parábola para enseñar que Dios, quien es justo, responderá a los que claman a Él con persistencia. Esta historia es un recordatorio de que la oración no es sólo un acto puntual, sino una disciplina de constancia y fe.
“Dios responderá a los que le buscan constantemente. La perseverancia es clave para ver Su justicia en acción.”
3. Oración en Medio de las Pruebas y Tribulaciones
Las pruebas y las dificultades son permitidas por Dios para recordar a Sus hijos la importancia de la oración. Cuando enfrentamos momentos difíciles, la tentación es actuar de inmediato, pero Dios nos llama a orar primero, a depender de Él antes de buscar soluciones humanas. A través de la oración en medio de la adversidad, nuestra fe se fortalece y Satanás es vencido. Como dice Miguel Díez, cuando el pueblo de Dios es puesto de rodillas, las fuerzas del mal tiemblan.
“Las pruebas nos llevan a los pies de Dios, recordándonos que la verdadera fortaleza se encuentra en una oración ferviente y constante.”
4. El Clamor como Instrumento de Justicia Divina
El clamor del pueblo de Dios tiene un rol fundamental en la justicia divina. Miguel Díez explica cómo el clamor sincero en Argentina fue instrumental en el cambio de un gobierno injusto. Este evento es un claro ejemplo del poder del clamor colectivo para transformar situaciones aparentemente imposibles. Cuando el pueblo de Dios clama con fe, Dios interviene en los asuntos de las naciones, trayendo justicia y redención. Esto se extiende a cualquier contexto en el que la justicia de Dios es necesaria.
“A través del clamor, Dios establece Su justicia en el mundo. Nuestro llamado es a no desmayar en ese clamor.”
5. Orar con Fe Verdadera: La Esencia de Emuná
La oración que agrada a Dios es la que se realiza con una fe firme, conocida en hebreo como Emuná. Esta fe no es sentimental, sino una confianza establecida en Cristo, capaz de mover montañas y vencer al mal. Cuando Jesús pregunta si encontrará fe en la tierra al regresar, nos desafía a desarrollar una fe genuina que se refleje en nuestra vida de oración. La oración, entonces, se convierte en una manifestación de la confianza en el poder y la bondad de Dios, aún cuando las circunstancias parecen adversas.
“La fe verdadera en la oración no se basa en emociones, sino en la firme convicción del poder de Dios.”
6. Orar en el Nombre de Jesús y Unirnos a Su Intercesión
Orar en el nombre de Jesús es mucho más que un ritual; es un acto de unificación con la intercesión constante de Cristo ante el Padre. Como señala Miguel Díez, Jesús no sólo nos enseñó a orar, sino que continúa orando por nosotros. Al unirnos a esta intercesión, alineamos nuestros deseos y necesidades con la voluntad de Dios, permitiendo que Su propósito se cumpla en nuestras vidas. Orar en el nombre de Jesús, por lo tanto, es un acto de humildad y dependencia.
“La verdadera oración en el nombre de Jesús es unirnos a Su intercesión con sinceridad y propósito.”
7. El Clamor de los Justos: Gozo para Dios
Proverbios 15:8 nos recuerda que la oración de los justos es un gozo para Dios. Esto implica que Dios no sólo escucha nuestras oraciones, sino que se deleita en ellas, como un Padre que anhela oír la voz de Sus hijos. Dios desea que acudamos a Él con nuestras preocupaciones y angustias, seguros de que nuestro clamor Le agrada. Este clamor es como un incienso agradable, que simboliza nuestra confianza y dependencia total en Su cuidado.
“Dios se complace en el clamor de Sus hijos, pues este acto demuestra una fe pura y sincera.”
8. Oración en los Altos y la Guerra Espiritual
Miguel Díez enfatiza la importancia de levantar altares de oración en lugares estratégicos, incluyendo las “montañas” o lugares de influencia. Este concepto tiene un paralelo con las Escrituras, donde figuras como Moisés y Abraham erigían altares para santificar los espacios a Dios. Orar en estos lugares representa una declaración de la autoridad de Dios en territorios específicos, enfrentando las fuerzas malignas con el poder de Cristo. La oración en estos sitios simbólicos también recuerda al creyente la misión de interceder por la transformación de las naciones.
“Orar en las ‘alturas’ es un acto de fe que desafía las tinieblas y declara el reino de Dios en cada lugar.”
9. Una Oración Guiada por el Espíritu Santo
Para que la oración sea verdaderamente efectiva, debe estar guiada por el Espíritu Santo. No oramos simplemente por deseos o anhelos personales, sino que buscamos la dirección de Dios en cada palabra y clamor. El Espíritu Santo nos ayuda a orar conforme a la voluntad de Dios, revelando Sus planes para nuestras vidas y para el mundo. Esta guía garantiza que nuestras oraciones estén alineadas con el propósito de Dios, haciendo que nuestro clamor sea poderoso y efectivo.
“Una oración guiada por el Espíritu Santo tiene un poder transformador porque refleja el corazón y la voluntad de Dios.”
Conclusión: Un Llamado a Clamar sin Desfallecer
El mensaje de Miguel Díez sobre la oración de guerra y el clamor es un llamado urgente a cada creyente a fortalecer su vida de oración y a no desfallecer en el clamor, especialmente en momentos de dificultad.
Dios nos invita a acercarnos a Él en humildad y dependencia total, reconociendo que sólo en Su poder se encuentran la justicia, la restauración y la paz que tanto buscamos. La oración de guerra y el clamor colectivo no solo traen cambio en lo espiritual, sino que también transforman realidades en lo físico, tanto en nuestras vidas personales como en las naciones.
Haz clic en el video para ver esta predicación y aprender cómo la oración de guerra y el clamor pueden ser la clave para la intervención divina. ¡Descubre cómo unirte al clamor que agrada a Dios!
Presidente de la ONG Remar Internacional y la iglesia Cuerpo de Cristo.