Pablo: No te canses de hacer el bien | Personajes Bíblicos

Pablo: No te canses de hacer el bien | Personajes Bíblicos

La vida cristiana nos llama a vivir con un corazón dispuesto a hacer el bien, sin importar las dificultades que podamos enfrentar, y a perseverar en las buenas obras. La palabra de Dios nos anima a no rendirnos y a perseverar en las buenas obras, como se menciona en la carta de Pablo a los Gálatas, capítulo 6, versículo 9, que dice: “No nos cansemos de hacer el bien, porque ha llegado el tiempo, segaremos si no desmayamos”.

Aunque a veces los resultados no sean inmediatos o visibles, el hacer el bien no es en vano, ya que tiene un impacto en el reino de Dios y, si perseveramos, vamos a ver frutos en su tiempo perfecto. Dios es fiel y él va a recompensar nuestras acciones de acuerdo a su voluntad, como se menciona en la carta de Pablo a los Gálatas.

El ejemplo de Cristo en la perseverancia del bien

El ejemplo de Cristo es nuestro modelo más grande de perseverancia en el bien, ya que Jesús vivió y enseñó el bien en todo momento, a pesar de la oposición, el sufrimiento y la incomprensión. La vida de Jesús fue un testimonio de amor, sacrificio y justicia. Incluso cuando la gente le dio la espalda, él siguió haciendo el bien.

Pedro, una de las personas que dio la espalda a Jesús, menciona en su primera carta, capítulo 2, versículo 23, que Jesús no respondía con maldición cuando le maldecían, sino que encomendaba la causa al que juzga justamente. La vida de Jesús es un recordatorio de que hacer el bien no siempre será fácil, pero siempre vale la pena porque Dios ve nuestra actitud.

La motivación correcta para hacer el bien

El hacer el bien debe venir de un corazón sincero, no buscando recompensa o reconocimiento humano, sino como una expresión de amor hacia Dios y hacia los demás. Hay personas que tienen motivaciones incorrectas para hacer el bien, como buscar reconocimiento en lugar de servir con sinceridad.

En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, algunas personas ayudan en la limpieza tras una borrasca, pero lo hacen buscando likes en redes sociales. La motivación para hacer el bien debe ser servir a Dios y no buscar el aplauso de los hombres. Jesús enseñó que nuestras buenas acciones deben glorificar a Dios, no buscar reconocimiento personal. Dios ve cada esfuerzo y sacrificio, y él es quien recompensa.

Hacer el bien en medio de la adversidad

Hacer el bien no significa que nuestra vida estará exenta de dificultades. De hecho, hacer el bien puede ser más desafiante cuando enfrentamos pruebas o cuando la maldad parece prevalecer. La palabra de Dios nos anima a no ser vencidos por el mal, sino a vencerlo con el bien.

Como discípulos de Cristo, estamos llamados a responder al mal con el bien, a ser luz en medio de la oscuridad y a amar incluso a aquellos que nos persiguen. La recompensa de Dios es para aquellos que perseveran en hacer el bien, incluso cuando no ven resultados inmediatos. Dios tiene una recompensa preparada para nosotros.

La recompensa de Dios por hacer el bien

Pablo nos recuerda que la recompensa de Dios no se mide de la misma manera que la recompensa humana, y que cada obra buena realizada en su nombre tiene un valor eterno. “No nos cansemos de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos si no desmayamos”, dice Pablo, exhortándonos a perseverar incluso en medio de la adversidad.

La exhortación es clara: hacer el bien a todos, especialmente a los de la familia de la fe. La recompensa eterna de Dios es una promesa segura para quienes permanecen fieles.

La fidelidad a Dios en un mundo injusto

Debemos ser fieles a Dios y hacer el bien, incluso en un mundo lleno de injusticia y corrupción. Aunque no siempre veamos los resultados de inmediato, nuestra labor no es en vano. El bien que hacemos tiene un impacto eterno.

Ejemplos de perseverancia en hacer el bien

Jesús es el modelo perfecto de sacrificio y bondad; no se cansó de hacer el bien. Otros ejemplos incluyen a José, quien enfrentó pruebas y ayudó a Egipto y a su familia en tiempos de hambruna, y a Pablo, quien perseveró en medio de la oposición y vivió para predicar el evangelio. Todos ellos muestran que Dios recompensa a quienes son fieles y perseveran.

Aplicación práctica del llamado a hacer el bien

Para aplicar este llamado a nuestra vida diaria, debemos hacer el bien sin esperar reconocimiento. La motivación debe ser agradar a Dios. Mantener una vida de oración y devocional es clave para fortalecer nuestro espíritu y encontrar la fortaleza para hacer el bien incluso en la adversidad.

El perdón también es importante; nos permite seguir adelante sin el peso del rencor. La fe y la confianza en Dios nos ayudan a entender que él tiene un plan perfecto, y nuestra labor producirá fruto en su tiempo.

Exhortación final a la perseverancia y la fidelidad

No te canses de hacer el bien, aunque sea difícil. No te desanimes si no ves resultados inmediatos. Sé fiel a Dios y persevera, sabiendo que el tiempo de cosecha llegará. Cada acción de amor y bondad tiene un impacto eterno.

Pon tu mirada en el reino de Dios. Todo lo que hagas, hazlo para él. Busca agradar a Dios y confía en que él te recompensará.

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