PROFECÍA BÍBLICA ¿Por qué Dios permite el dolor y el sufrimiento?
El sufrimiento humano es una experiencia omnipresente, manifestada en diversas formas como dolor, miseria, desgracia, violencia, guerra y muerte. Esta realidad despierta preguntas profundas sobre la naturaleza de Dios, especialmente si Él es amoroso, omnipotente y misericordioso.
La explicación teológica sugiere que Dios es el creador de la humanidad y le otorgó libre albedrío para elegir entre el camino de la vida y el de la muerte, simbolizados por los árboles en el jardín del Edén.
La desobediencia a Dios, representada por la elección del árbol del conocimiento del bien y del mal, trajo consigo el sufrimiento como consecuencia. Aunque Satanás engañó a la humanidad para alejarse de Dios, este plan no tomó a Dios por sorpresa. Dios permitió que la humanidad experimentara las consecuencias de la desobediencia para finalmente tener misericordia de todos.
La historia de la humanidad ha sido marcada por el sufrimiento como resultado de las elecciones humanas influenciadas por Satanás. Sin embargo, Dios tiene un plan para restaurar y regenerar toda la Tierra, eliminando el sufrimiento y estableciendo un paraíso.
Jesucristo, como parte del plan divino, sufrió y murió para rescatar a la humanidad del pecado y del sufrimiento. Su sacrificio ofrece esperanza de una vida futura libre de dolor y tristeza.
La restauración de todas las cosas, anunciada por los profetas, incluye un gobierno mundial liderado por Jesucristo que transformará la Tierra en un lugar de paz, armonía y abundancia.
Después de un período de regeneración y restauración, los seres humanos resucitarán en un paraíso sin la presencia de Satanás. Recordarán su vida pasada y las consecuencias de la desobediencia, lo que les permitirá valorar plenamente el camino de Dios.
La redención a través de Jesucristo significa que Dios no es indiferente al sufrimiento humano, sino que está comprometido con la eliminación del dolor y la restauración de la felicidad eterna.
El plan divino incluye el fin del sufrimiento humano y el cumplimiento de la promesa de un nuevo cielo y una nueva Tierra, donde no habrá más lágrimas, muerte ni dolor.
La historia del sufrimiento humano encuentra su sentido en el propósito de Dios de redimir y restaurar a la humanidad, ofreciendo una esperanza de vida eterna en un estado de perfección y felicidad.