¿Qué es la predestinación? ¿Es bíblica la predestinación? – Charles Spurgeon
La Predestinación y la Conformación a la Imagen de Cristo
La Predestinación en la Escritura
La predestinación es una doctrina bíblica clara en Romanos 8:29, donde se declara que Dios predestinó a quienes conoció para ser hechos conformes a la imagen de su Hijo, Jesucristo. Este propósito divino asegura que Cristo sea el primogénito entre muchos hermanos, exaltado sobre todos.
La Experiencia Espiritual y la Comprensión de la Gracia
Las grandes verdades de la gracia solo se aprenden en la escuela de la experiencia espiritual profunda. Quienes han pasado por conflictos del alma comprenden mejor la fuerza de la corrupción humana y la necesidad absoluta de la gracia.
Las doctrinas de la gracia son más amadas por quienes han sentido la dureza del pecado y han experimentado el poder del Evangelio. Pablo, al escribir a los Romanos, habla sobre los sufrimientos del presente y la gloria venidera, mostrando cómo la predestinación es un consuelo en medio de las pruebas.
La Conformación a Cristo: El Propósito de la Predestinación
La predestinación no es solo acerca de la salvación, sino del objetivo de Dios de conformarnos a la imagen de Cristo. No se trata de una simple elección, sino de una transformación. Dios ha determinado que aquellos a quienes conoció sean hechos semejantes a su Hijo en carácter, santidad y propósito.
El hombre fue creado a imagen de Dios, pero el pecado corrompió esa imagen. Dios, en su gracia, restaura su imagen en nosotros por medio de Cristo. Jesucristo tomó nuestra forma para que nosotros podamos ser conformados a su semejanza mediante la santificación.
La Nueva Naturaleza en Cristo
La regeneración implica que somos renovados conforme a la imagen de Dios. La obra del Espíritu Santo en la conversión nos hace hijos de Dios y nos introduce en una nueva relación con Él.
Así como Jesús fue el unigénito del Padre, los creyentes son nacidos de nuevo por el Espíritu. Este nuevo nacimiento no es visible al ojo humano, pero es una obra divina que transforma radicalmente al creyente.
La Filiación Divina y el Testimonio del Espíritu
La certeza de ser hijos de Dios es testificada por el Espíritu Santo en nuestros corazones. El Espíritu clama dentro de nosotros: “Abba, Padre”. La adopción en la familia de Dios es una obra de su gracia soberana, y aquellos que han creído en Cristo tienen este testimonio en sí mismos.
La Conformación a Cristo en Experiencia
Cristo, siendo Hijo, sufrió y aprendió obediencia a través del padecimiento. Si somos conformados a su imagen, también debemos esperar ser formados en la escuela del sufrimiento. Dios disciplina a sus hijos, pues el camino a la gloria pasa por la cruz.
El mundo rechazó a Cristo, y lo mismo hará con sus seguidores. La santificación y la fidelidad a Dios traerán pruebas y persecuciones, pero estas forman parte del proceso de ser hechos semejantes a Cristo.
La Lucha contra Satanás y el Pecado
Los hijos de Dios enfrentan ataques del enemigo. Satanás buscó tentar a Cristo y hará lo mismo con los creyentes. Sin embargo, así como Jesús venció con la Palabra de Dios, los creyentes tienen el poder del Espíritu y la verdad para resistir.
Ser conformes a Cristo implica vivir en santidad y separación del mundo. Jesús fue santo, puro y sin mancha, y sus seguidores deben reflejar esa misma santidad en su caminar diario.
La Glorificación y el Propósito Final de Dios
Dios nos predestinó no solo para la santidad presente, sino para la gloria futura. Seremos glorificados junto con Cristo y reinaremos con Él. La predestinación nos asegura que un día veremos su rostro y seremos como Él, porque le veremos tal como es.
Dios lo ha dispuesto todo para que Cristo sea el primero de una nueva humanidad redimida. Su propósito eterno es glorificarse en su Hijo y en todos aquellos que han sido hechos a su imagen.
La predestinación no es un concepto abstracto, sino la maravillosa obra de Dios asegurando que sus hijos sean conformados a Cristo, reflejando su gloria en esta vida y en la eternidad.
