Viviendo en la Gracia de Dios // Miguel Díez
La Gracia de Dios en Medio de la Debilidad: Reflexiones de la Predicación de Miguel Díez en el XXXIV Congreso Remar Internacional.
Miguel Díez explora la profundidad de la gracia de Dios y cómo esta obra en la vida de los creyentes, especialmente en tiempos de prueba y debilidad. Su mensaje nos recuerda la necesidad de vivir una vida en total dependencia de Dios y de Su gracia, la cual nos transforma, fortalece y sostiene en medio de cualquier circunstancia.
La Condición Espiritual del Mundo y la Urgencia de Cristo
Miguel Díez inicia con una reflexión sobre la situación espiritual actual. El mundo, dice, vive cada vez más alejado de Dios, sumido en tragedias y dificultades, y sin reconocer el sacrificio de Cristo, que es el único camino a la salvación. Las Escrituras enseñan que “el mundo entero está bajo el poder del maligno” (1 Juan 5:19), y esta realidad es evidente en la forma en que muchos rechazan la misericordia y la gracia que Dios ofrece. En su predicación, Díez enfatiza que los cristianos están llamados a proclamar el mensaje de salvación en Cristo y a llevar esperanza a los que aún no conocen su amor.
La Gracia Abundante en Medio de las Dificultades
La vida en Cristo, señala Díez, es un recorrido “de gracia en gracia” y “de milagro en milagro.” A pesar de nuestras limitaciones, Dios promete sostenernos en cada paso. La Biblia afirma: “Mi gracia te basta, porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9), una verdad que nos muestra cómo Dios utiliza nuestras debilidades para manifestar Su gloria. Esta gracia sobreabundante nos permite enfrentar las pruebas con la certeza de que Dios está obrando en nosotros y a través de nosotros. Nos recuerda que, como “vasos de barro” (2 Corintios 4:7), somos instrumentos para mostrar el poder y la gloria de Dios.
La Lucha Espiritual y el Llamado al Sacrificio
Díez también subraya la importancia de la lucha espiritual en la vida cristiana. Cada día, los creyentes son llamados a negarse a sí mismos, a tomar su cruz y seguir a Jesús (Mateo 16:24). Este sacrificio no es fácil, pero en él encontramos gozo y crecimiento espiritual. En Hebreos 12:11, la Escritura nos dice que “ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia.” Este llamado al sacrificio y a la disciplina nos recuerda que la vida cristiana requiere humildad, entrega y una constante dependencia de Dios.
La Esperanza en la Resurrección y la Vida Eterna
Un aspecto fundamental de la fe cristiana, según Díez, es la esperanza en la resurrección y en la vida eterna. Esta esperanza nos fortalece y nos motiva a predicar el Evangelio con amor y compromiso hacia los demás. Como dice Romanos 6:5, “Si hemos sido unidos a él en su muerte, ciertamente lo seremos también en su resurrección.” Este mensaje nos recuerda que nuestra vida no termina aquí; tenemos la promesa de estar con Cristo en la eternidad, y esto llena de sentido nuestro caminar y servicio en el presente.
La Gloria de Dios en Nuestra Debilidad
Díez cita 2 Corintios 12:9 para recordarnos que la gracia de Dios es suficiente y que Su poder se perfecciona en nuestras debilidades. Él mismo ofrece su testimonio personal de cómo, en medio de la fatiga y los desafíos físicos, ha experimentado la fortaleza de Dios para predicar y servir. “Por lo cual, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” (2 Corintios 12:9). En nuestra debilidad, Dios se glorifica, y esta realidad transforma nuestra forma de enfrentar las dificultades, llevándonos a reconocer que dependemos enteramente de Su gracia.
La Humildad Como Resultado de la Dependencia de Dios
La humildad, explica Díez, es una cualidad esencial para quien busca vivir en la voluntad de Dios. A través de nuestras experiencias de quebrantamiento y dificultad, Dios nos enseña a reconocer nuestra dependencia de Él. Santiago 4:10 nos invita a “humillarnos delante del Señor, y Él nos exaltará.” Esta actitud de humildad nos permite abrir nuestro corazón a la obra transformadora de Dios, permitiendo que Su gracia nos guíe y nos fortalezca en todo momento.
Conclusión: Una Vida de Fe y Gracia en Cristo
La predicación de Miguel Díez nos llama a vivir una vida en gracia y dependencia total de Dios, reconociendo nuestra debilidad y permitiendo que Su poder se perfeccione en nosotros. Nos recuerda la urgencia de llevar el mensaje de Cristo a un mundo que necesita esperanza y salvación, y nos impulsa a caminar en la certeza de la vida eterna con Él. En cada lucha, sacrificio y momento de debilidad, tenemos la oportunidad de ver la gracia de Dios obrando y sosteniéndonos. Que esta reflexión nos inspire a vivir con valentía y humildad, confiando en la promesa de que Su gracia es suficiente en cada circunstancia.
Presidente de la ONG Remar Internacional y la iglesia Cuerpo de Cristo.